
Llevo toda la vida jugando al baloncesto. Literal.
Desde que tengo memoria, siempre he tenido un balón cerca.
Entrenos, partidos, campeonatos…
Hasta que una lesión me obligó a parar.
Y no te voy a mentir, me jodió.
Porque cuando algo ha sido parte de ti durante 20 años… cuesta soltarlo.